Llegamos a la recta final de la década dorada del género en España. A pesar de haber participado en veintiuna películas entre 1977 y 1979, entre ellas "Un papillon sur l´épaule", "Der Tiefstapler", "La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona" y "El Bengador Gusticiero y su pastelera madre", esta última del dibujante Forges; la carrera "terrorífica" de Lifante solo terminó los 70 con dos películas más.
La primera de ellas es la película de 1977 "El Extraño Amor de los Vampiros" del argentino León Klimovsky, director de películas tan reconocidas como: "La Noche de Walpurgis", "El Mariscal del Infierno" o "Una Libélula para cada Muerto"; varias con el mítico Paul Naschy. "El Extraño Amor de los Vampiros" trata sobre una mujer que se enamora de un aristócrata vampiro y está escrita por Juan José Daza y (agárrense los machos) ¡Carlos Pumares!
La segunda y última película de género en la que Lifante participaría en los 70 sería "El Juego del Diablo", escrita y dirigida por Jorge Darnell en 1979. La historia se centraba en Sheila, la hija única de una adinerada familia que empieza a ver y oír cosas extrañas para acabar poseída por el demonio, dejando una estela de sangre y destrucción.
Y aquí acaba el recorrido a la carrera de José Lifante durante esa década dorada del género que fueron los 70.
Proximamente: Los 80, la crisis del género.
La primera de ellas es la película de 1977 "El Extraño Amor de los Vampiros" del argentino León Klimovsky, director de películas tan reconocidas como: "La Noche de Walpurgis", "El Mariscal del Infierno" o "Una Libélula para cada Muerto"; varias con el mítico Paul Naschy. "El Extraño Amor de los Vampiros" trata sobre una mujer que se enamora de un aristócrata vampiro y está escrita por Juan José Daza y (agárrense los machos) ¡Carlos Pumares!
La segunda y última película de género en la que Lifante participaría en los 70 sería "El Juego del Diablo", escrita y dirigida por Jorge Darnell en 1979. La historia se centraba en Sheila, la hija única de una adinerada familia que empieza a ver y oír cosas extrañas para acabar poseída por el demonio, dejando una estela de sangre y destrucción.Y aquí acaba el recorrido a la carrera de José Lifante durante esa década dorada del género que fueron los 70.
Proximamente: Los 80, la crisis del género.
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