¿Quién es "El Enterrador"?

El anfitrión y presentador de la serie es un curtido enterrador que vaga por el cementerio realizando las más pintorescas tareas, desde recoger los restos que los necrófilos desentierran, hasta "re-enterrar" a los muertos que deciden levantarse a dar un paseo. Es durante estas tareas cuando el enterrador cuenta al visitante (espectador) sus historias. Y es que los años han dado a nuestro cuentacuentos infinidad de historias con las que inquietar a los visitantes y futuros inquilinos de su cementerio.

"El Enterrador" es un personaje nacido de la intención de resucitar la imagen del narrador televisivo tan estilada en la televisión de los años 50 y 60 que actualmente parece haberse olvidado. Es obvia la influencia del guardián de la cripta de "Historias de la Cripta", no solo en el personaje del enterrador sino en toda la serie, pero necesitabamos dar a nuestro anfitrión una base real mayor de la que una marioneta (hecha por nosotros) podía dar. Una base más cercana a series como "Alfred Hitchcock presenta" por su complicidad humana entre presentador y espectador.

En la busqueda del presentador perfecto pasamos por varias opciones, desde una momia en su sarcófago a un preso muerto de hambre (incluso apareció por ahí el conde Drácula perdido por un bosque ¿?), pero tras mucho discutir alguien dijo: "un enterrador". La sorpresa fue general, lo habíamos encontrado. Un enterrador era perfecto para contar historias de terror, su experiencia con los muertos, sus años escuchando la forma en que los muertos habían perecido, por no hablar de la imponente apariencia de los cementerios y del enterrador antiguo con traje, pala y sombrero de copa. Era perfecto.

Ahora "solo" (como si fuera fácil) necesitábamos el actor que lo interpretase. No fue fácil, pero entonces recordamos que José Lifante había aparecido en uno de nuestros cortometrajes, no lo dudamos un segundo y decidimos proponérselo. No siempre se puede contar con un actor que ha trabajado con directores como Berlanga o Terry Gilliam, así que no podíamos dejarlo pasar.