lunes, 17 de noviembre de 2008

El efecto 2000: La luz al final del túnel

La década de los 90 llegó a su fin en 1999 con el estreno de la película que se acabaría convirtiendo en la primera piedra de la resurgente industria terrorífica española. Me refiero a "Los Sin Nombre", película de Jaume Balagueró basada en una novela de Ramsey Campbell que arrasó en los festivales de medio mundo y cosechó un importante éxito que abriría los ojos a la productora Filmax para crear uno de los sellos más interesantes (y a la postre fracasados) de la historia del fantástico patrio: la "Fantastic Factory".

Este sello, surgido de la colaboración de Bryan Yuzna y Julio Fernández, pretendía recuperar la tradición de cine fantástico español, exportable e internacional que se estiló en la década de los 70.


Para ello pusieron en marcha varios proyectos de índole internacional, rodados en inglés y dirigidos por directores reconocibles del fantástico más casposo como: Jack Shoulder, Stuart Gordon o el propio Bryan Yuzna.

En los primeros cinco años del milenio, la "Fantastic Factory" produjo una decena de largometrajes de escasa calidad que, aunque consiguieran un relativo éxito como entrañables bizarradas de serie b, demostraron muy poca intención de crear un sello dedicado de manera seria a resucitar el género. Y es que películas como "Faust", "Rottweiller"o "Arachnid", eran una muestra de la peor serie b hecha sin pies ni cabeza, incluso sin gracia, cosa imperdonable ya que es lo único que salva este tipo de películas.

Pero no todo fue tan malo. Salieron también un par de interesantes películas como "Darkness", la segunda incursión de Balagueró en el largometraje, y "Romasanta", también segunda película de Paco Plaza, director que llamó discretamente la atención con su interesante aunque arrítmica opera prima "El Segundo Nombre", también basada en una obra de Ramsey Campbell.

Además de estrenar también "Dagon" de Stuart Gordon, que se convertiría en el mejor acercamiento al mundo de Lovecraft realizado hasta la fecha; y "Beyond Re-Animator", tercera parte de la saga del Dr. Herbert West, realizada con el suficiente gamberrismo para resultar divertida. Pero el resto de películas de la "Fantastic Factory" fueron una muestra del peor cine fantástico que se podía rodar y el sello llegó a su fin en 2006 con el estreno de su última (y horrorosa) película: "Bajo Aguas Tranquilas".

La "Fantastic Factory" no supo resucitar el género de una manera serie pero ayudó mucho a crear el actual buen estado del fantástico patrio, ya que sus películas tuvieron una gran distribución internacional y consiguieron que los productores tomarán el valor suficiente para arriesgarse a producir cine de género serio. Más allá de slashers adolescentes como "Tuno Negro" o "School Killer", que era a lo máximo que se atrevía un productor hasta entonces, comenzaron a producirse interesantes películas que rejuvenecerían el fantástico patrio hasta llegar a la actual situación, en la que el género parece haber recuperado cierto status internacional y, lo más importante, la confianza del público español en su propio cine.

La primera década del milenio se ha presentado esperanzadora, la evolución del género ha conseguido crear un mercado interesante que comienza a correr algún que otro riesgo agradecido en la producción de películas: "El Orfanato", "Rec", "3 Días", "Sexykiller", "La Habitación de Fermat", "La Caja Kovak", "Los Cronocrímenes", "Abandonados"...


Todas han sido películas que habría resultado impensable que se produjeran hace a penas diez años, y ahora, gracias a un puñado de buenos realizadores conscientes de las exigencias del público, parece que por fin el fantástico levanta cabeza.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Faust fue horrible.

Pero la escena en que la tipa (Monica Van Campen) se empieza a inflar y luego a deshacer de placer se me quedó grabada para siempre.

Unrated dijo...

La verdad es que si, esa escena es bastante impactante XD